Por qué es importante que los niños nombren sus emociones
Quizá te preguntes: «¿Por qué importa que mi hijo sepa etiquetar sus sentimientos?». Al fin y al cabo, los niños son emocionales por naturaleza, así que ¿no se darán cuenta con el tiempo? Aunque es cierto que los niños desarrollarán la conciencia emocional a medida que crezcan, enseñarles esta habilidad a una edad temprana tiene una gran ventaja.
Alfabetización emocional = Control emocional
Los niños que ponen nombre a sus sentimientos están mejor preparados para controlarlos. Es lo que se conoce como alfabetización emocional: la capacidad de reconocer y comprender las emociones. Del mismo modo que aprender letras y palabras abre el mundo de la lectura, aprender vocabulario emocional permite al niño conocerse mejor a sí mismo.
Por ejemplo, cuando un niño puede decir: «Estoy frustrado porque mi torre se sigue cayendo», es mucho menos probable que sufra una crisis, en comparación con un niño que sólo siente una frustración abrumadora sin entender por qué. Al nombrar las emociones, los niños adquieren una sensación de control sobre lo que sienten, lo que puede reducir significativamente los arrebatos emocionales.
Fomentar la empatía y las habilidades comunicativas
Nombrar las emociones no sólo ayuda a los niños a manejar sus sentimientos, sino que también potencia su empatía y sus habilidades comunicativas. Cuando los niños entienden y pueden articular lo que sienten, se vuelven más empáticos con los demás, que pueden experimentar emociones similares. También son capaces de comunicar sus necesidades con mayor claridad, lo que reduce los malentendidos y fortalece las relaciones.
Beneficios a largo plazo para la salud mental
Las investigaciones han demostrado que la inteligencia emocional (IE) está vinculada al éxito en muchos ámbitos de la vida, desde el rendimiento escolar hasta la salud mental y las relaciones. Enseñar a los niños a nombrar y expresar sus emociones sienta las bases para unos mecanismos de afrontamiento emocional más sanos en el futuro, ayudándoles a lidiar con el estrés, la ansiedad y los retos interpersonales de forma positiva.
Consejos para ayudar a su hijo a reconocer y nombrar sus emociones
Ahora que sabemos por qué es importante, veamos cómo ayudar a tu hijo a aprender a nombrar y expresar sus sentimientos. Recuerde que se trata de un proceso, que no debe parecer una lección escolar y que, desde luego, no es una ciencia exacta: ¡debe ser divertido, nos atrevemos a decir!
- Introducir los sentimientos a través de conversaciones cotidianas
No hace falta un momento especial para empezar a hablar de emociones. Las emociones están presentes todo el tiempo, así que aproveche las situaciones cotidianas como oportunidades de aprendizaje. Cuando su hijo esté enfadado, emocionado o frustrado, ayúdele a etiquetar lo que siente en ese momento.
Por ejemplo:
- Veo que estás enfadado porque se te ha roto el juguete. Estás triste, ¿verdad?».
- «Estás dando saltos de alegría... ¡Vaya, debes de estar muy emocionado por ir al parque!».
Si nombra constantemente las emociones que experimenta, le dará a su hijo un mapa de ruta para comprender sus sentimientos.
2. Utilice los libros y los cuentos como herramientas didácticas
Los libros son recursos maravillosos para ayudar a los niños a entender las emociones. Elija cuentos en los que aparezcan personajes que experimenten emociones diversas y, a continuación, hable con su hijo sobre cómo se puede estar sintiendo el personaje y por qué.
Por ejemplo:
- «Mira la cara de Max en esta foto: tiene el ceño fruncido porque está enfadado. ¿Qué crees que le ha hecho sentirse así?».
Los libros personalizados también son una herramienta fantástica porque permiten que su hijo se vea a sí mismo como el protagonista, lo que hace que las experiencias emocionales de la historia le resulten aún más cercanas.
3. Crear juntos un «cuadro de emociones
Un cuadro de emociones es una forma sencilla y eficaz de enseñar a tu hijo los diferentes sentimientos. Pueden hacer uno juntos en casa dibujando caras que representen distintas emociones -feliz, triste, enfadado, asustado, emocionado, etc.-. Deja que tu hijo señale cómo se siente a lo largo del día y, a medida que crezca, podrá expresar verbalmente esas emociones con más facilidad.
4. Juega a nombrar emociones
A los niños les encantan los juegos, ¡y esto hace que aprender sobre las emociones sea aún más divertido! Prueba con un juego de «charadas emocionales», en el que representas diferentes sentimientos (sin usar palabras) y dejas que tu hijo adivine qué emoción estás mostrando. Esto no sólo les enseña a reconocer las emociones, sino que también fomenta la empatía, ya que aprenden a leer las señales no verbales.
Otra idea es utilizar tarjetas emoji o flashcards que muestren caras con distintas expresiones. Pídele que elija la que más le guste en ese momento.
5. Modele usted mismo el etiquetado de emociones
Los niños aprenden mucho observando a sus padres. Muéstrate abierto sobre tus propias emociones y modela formas sanas de expresarlas. Por ejemplo, si te sientes estresado, puedes decir:
- «Me siento frustrado porque he tenido un día ajetreado en el trabajo, pero voy a respirar hondo y relajarme».
Si muestra a su hijo que está bien hablar de los sentimientos -y de cómo gestionarlos-, le dará un buen ejemplo que querrá seguir.
6. Enséñele que todas las emociones son válidas
Ayudar a su hijo a entender que todas las emociones son normales y válidas, incluso las más difíciles como la ira o la tristeza, es primordial. Explíquele que está bien sentirse enfadado o triste a veces, pero que es importante aprender a expresar esos sentimientos de forma sana.
Por ejemplo:
- «Está bien sentirse enfadado, pero en vez de pegar, podemos usar nuestras palabras para decir por qué estamos enfadados».
Esto ayuda a los niños a desarrollar su resiliencia emocional y les enseña que sentir emociones negativas no es algo de lo que haya que avergonzarse: es una parte natural de la vida.
La expresión emocional conduce a la fortaleza emocional
Al enseñar a tu hijo a nombrar y expresar sus sentimientos, le estás dando las herramientas para navegar por el complejo mundo de las emociones con confianza. Los niños que comprenden y comunican sus emociones tienden a sufrir menos crisis, a relacionarse mejor con los demás y a desarrollar una inteligencia emocional más fuerte a medida que crecen.
Cuanto antes empiece a ayudar a su hijo a desarrollar su vocabulario emocional, más preparado estará para afrontar los retos de la vida. Y recuerde que se trata de un proceso continuo. Cada conversación, cuento o juego sobre las emociones es un paso más hacia un niño emocionalmente más resistente y empático.
Así que, la próxima vez que tu hijo tenga una gran emoción, no te limites a consolarlo: ayúdale a ponerle nombre a ese sentimiento. Es un regalo que durará toda la vida.
Comparta este artículo con otros padres que estén buscando formas sencillas y eficaces de enseñar a sus hijos a leer y escribir sobre las emociones: ¡es uno de los mejores regalos que podemos hacerles!